Más que comerse una menta o usar un raspador de lengua, aquí te damos soluciones verdaderas a los problemas de halitosis o mal aliento.
Imagina esta escena.
Caminas por tu universidad y de repente te topas con el profesor que te de esa clase en la que justamente estás bien mal, así que aprovechas y le preguntas con el típico – “profe que bueno que me lo encuentro, le puedo preguntar…” – a lo que el profesor bastante gustoso de responder asienta con la cabeza y te dice – “¡ombe pero claaaroo que si María Andrea!” -entonces, mientras el habla empiezas a percibir un fétido olor, así como algo putrefacto, como si los baños estuvieran tapados y volteas la cara tratando de disimular que no pasa nada, retrocedes dos pasos y se te salen las lagrimas.
Tener un mal aliento no es inevitable. Y debido a que en la mayoría de los casos, la halitosis o mal aliento es el resultado de una mala higiene oral. Sin embargo, para mantener un buen aliento en La Guía de Montería decidimos consultar a Luisa María Ibarra, quien es una reconocida odontóloga Monteriana especialista en Ortodoncia y Ortopedia Maxilar. Luisa nos dijo que este problema era bastante común y que la solución no radica en enmascarar el problema comiéndose un chicle o una menta. Así que vamos al grano.
Aquí las recomendaciones de la odontóloga Luisa María Ibarra:
Trátate las caries
En el 70% de los casos de mal aliento se relaciona con un problema dental: gingivitis, caries, abscesos, periodoncia, etc. Las bacterias que se acumulan entre los dientes producen compuestos volátiles de azufre y huele mal … Así que incluso si no es agradable ir al dentista, ¡no esperes!
¡Lávate los dientes!
Después de cada comida, idealmente por la mañana y por la noche a un mínimo. Renueva tu cepillo de dientes al menos cada dos meses, y no dudes en usar hilo dental. Esto evita las caries en los huecos de los dientes. Además, si usas dentadura postiza, es importante evitar que los alimentos o escombros se alojen abajo porque también son nidos de bacterias… Eventualmente puedes completar el cepillado con un enjuague bucal para desinfectar.
Ojo con la lengua
La saliva actúa como un “limpiador natural de gérmenes». Este es un proceso que ocurre naturalmente en la boca. Durante la noche, como la secreción de saliva disminuye, a veces se forma un depósito de bacterias en la lengua. Los estudios han demostrado que el mal aliento podría estar relacionado con ese depósito. En este caso, es posible raspar el depósito con un raspador de lengua.
¿Chicles?
Si realmente no puede cepillarse los dientes, puedes comerte un chicle, ¡siempre que sea sin azúcar! Y no importa la fragancia. De hecho, su eficacia proviene del hecho de al masticar, salivas más y, por tanto, la saliva limpia los dientes. Comer una manzana también tendrá el mismo efecto.
Pilas con la comida
Algunos alimentos son más propensos que otros a darte mal aliento. Este es el caso de la cebolla, el ajo y algunas especias en particular. Además, es importante mantenerse hidratado. Haga de beber mucha agua un hábito, por ejemplo antes de irte a dormir, así evitas el mal aliento en la mañana. Por último, abstenerse por completo de fumar y reducir el consumo de alcohol.
Habla con el médico.
Si tienes una buena higiene dental y a pesar de todo el mal aliento persiste, la causa se encuentra en otro lugar. Y allí, hablar con tu médico es esencial. Las infecciones de la nariz y de la garganta (faringitis, rinitis, sinusitis …), problemas digestivos (reflujo gastroesofágico, infección pulmonar, hiperacidez gástrica …), ¡hay múltiples causas! En tales casos, sólo el tratamiento de la enfermedad va a deshacerse de tu mal aliento. Además más de 300 medicamentos pueden estar involucrados así que por favor saca una cita con tu médico.
En conclusión, a veces es muy vergonzoso tener mal aliento y ciertamente ¡no es inevitable! Por lo general, una visita al dentista es suficiente para resolver el problema.
Para consultar este y otros problemas dentales te sugerimos contactarte con la odontóloga Luisa María Ibarra, quien se especializa en Ortodoncia y Ortopedia Maxilar. Puedes llamar a los teléfonos: 300 801 4058 – 789 99 11
