En la actualidad las mascotas hacen parte importante del núcleo familiar al que pertenecen; viajan, duermen y comen junto a sus humanos e incluso reciben invitaciones a celebraciones y demás eventos.
De hecho, recientemente el Papa Francisco creo polémica al hablar sobre este tema y decir que le preocupa la manera en la que los matrimonios sustituyen a los hijos por mascotas; palabras que fueron muy criticadas por quienes defienden el amor genuino a sus animales.
Y es que si bien es cierto que tanto perros, como gatos y otras mascotas son para cuidarlos y quererlos; expertos han identificado casos de “amor exagerado” reunidos en una conducta que han llamado Petofilia.
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¿Cómo saber si exagera con sus mascotas?
De acuerdo con lo reseñado por el Manuel Latinoamericano y Enfermedades Psicológicas, la Petofilia es “la afición o atracción insana hacia las mascotas”; es decir, cuando el amor sobrepasa los límites y se convierte la mascota dependiente del humano y viceversa.
La fuente cita al periodista Jon Kats, que dice que “nos hallamos ante un caso de Petofilia si el afectado solo siente satisfacción cuando tiene contacto con seres irracionales y se aísla de su entorno, si limita completamente su forma de vivir o si el individuo enganchado a este vínculo anómalo quiere desligarse de él pero se siente incapaz de hacerlo”.
Algunas de las señales para identificarla son hacer cosas similares a las que se harían con un bebé, como por ejemplo la compra compulsiva de ropa, juguetes y accesorios en busca de “la comodidad” del animal; tratamientos en Spa y “hoteles de lujo” para perros; y la desconcentración causada en el pensamiento constante en la mascota.
Cabe decir que según los expertos, esto no solo afecta a los humanos, sino también a los animales, especialmente a los perros; ya que los hace dependientes y por ende no serán auto suficientes cuando queden solos por cualquier actividad o responsabilidad que deban cumplir sus ‘amos’.