Se considera adicción a una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a través del uso de una sustancia u otras conductas.
La adicción, en este caso a la comida no es un trastorno difícil de describir.
Como en cualquier conducta adictiva, cuando tenemos adicción a la comida o a cierto tipo de comida, sentimos la necesidad intensa de comer ese tipo alimentos y nos sentimos incapaces de dejar de comerlos.
Hoy en día esta adicción es más común de lo que se piensa y va en aumento.
Son cada vez más las personas que siendo más o menos obesas desearían perder peso pero reconocen que son incapaces de controlar la dieta alimentaria.
Estos son los síntomas que se presentan en la mayoría de las personas que tienen una relación poco saludable con la comida:
Sentir antojos a pesar de estar lleno
No es poco común sentir antojos incluso luego de consumir una comida satisfactoria y nutritiva.
Pero los antojos y el hambre no son la misma cosa.
Si sucede con frecuencia y es difícil controlar el impulso, podría ser el indicador de que hay algo que anda mal.
Este antojo tiene que ver con el cerebro pidiendo que se consuma algo que libere dopamina en su sistema de recompensa.
Comer muchísimo más de lo que se pretende
El pensamiento de “no me hará daño un pedacito de torta de chocolate” es muy común en cualquier persona que intente seguir una dieta saludable.
Pero para algunas personas no existe el “una pequeña porción”. Una porción se termina transformando en media torta. Es un fenómeno de “todo o nada” que es común a todos los adictos.
Comer hasta sentirse excesivamente lleno
Si se cede ante un antojo, se comenzará a comer hasta la saciedad. Pero el mecanismo no se detendrá allí: se continuará comiendo más hasta llegar al punto donde no puedes respirar por la llenura.
Sentirse culpable luego, pero hacerlo otra vez
Cuando se hace algo contra nuestros valores, principios o decisiones tomadas de buena fe, a veces es inevitable sentirse mal al respecto.
Y, para las personas que tienen sobrepeso y han intentado ejercer su fuerza de voluntad y controlar el consumo de alimentos poco saludables, ceder a un antojo puede llevar a la culpa y a sentirse débil e indisciplinado.
Esconder los malos hábitos
Las personas que siempre están incumpliendo las dietas que se proponen o el dejar de comer ciertos alimentos, generalmente comienzan a ocultar sus consumos culpables frente a otras personas.
A veces prefieren comer cuando están solos, o a la noche luego de que todos se fueron a dormir.
Una vida entera de consumo de comida “chatarra” puede llevar a obesidad, diabetes tipo II, problemas cardíacos, Alzheimer, demencia e incluso algunos tipos de cáncer.
El tratamiento de la adicción de la comida es integral y profundo. No se trata de una dieta para perder peso, sino de encontrar las raíces del problema para abordarlo a fondo.