Montería es una ciudad con bastantes atractivos turísticos que dejan recuerdos inolvidables en quienes la visitan y de la que sus habitantes cada día se sienten más orgullosos. Desde que se pone un pie en la ciudad, y si la conocía de hace algunos años, podrá darse cuenta que se nota un cambio vertiginoso, es evidente la transformación y en estos momentos vemos construcciones de estilo antiguo que se conjugan con construcciones modernas dando a la ciudad un ambiente dinámico pero que aún es el de un sitio apacible en el que vivir feliz.
Montería ofrece una variedad de lugares a visitar y maravillarse con lo que estos tienen por mostrar. Uno de esos lugares de atracción y que no pueden dejar de visitar en la ciudad es la imponente Catedral San Jerónimo, ubicada en el Parque Laureano Gómez en el centro de la ciudad, exactamente en la calle 27 con carrera 3.
La construcción de esta catedral es una fusión de estilo gótico y republicano y más allá de un lugar de culto es un espacio agradable, fresco y lleno de paz. A su alrededor encontrará quioscos de jugos naturales, sitios donde tomar café o bancas para sentarse a “ver pasar el mundo” mientras observa la cotidianidad, el muchacho que hace una pulsera y se acuesta a dormir, las chicas universitarias que consultan su celular bajo la sombra de un mango, el orgullo con que el embolador saca lustre a unos mocasines, o la agilidad con que bailan sobre las teclas de una Olivetti los dedos de un “tinterillo” que ejerce como abogado de pobres y redacta documentos variopintos para sus clientes afanados.
Al frente de la catedral, en la calle 27 con segunda, se encuentra el parque Simón Bolívar con su respectivo monumento igual y diferente a todos los otros mil monumentos a Simón Bolivar que existen, con sus chorros de agua rumorosa y sus palos de mangos repletos de pájaros.
Alrededor de la catedral hay árboles y palmeras, algunas iguanas que aprovechan las sombras para descansar y reposar el calor. En la entrada, ajenas a la ceremonia, el apiñamiento de palomas se infla y se desinfla según pasan las personas por su lado y algunas están ya tan acostumbradas que escapan de los pisotones de milagro.
La catedral San Jerónimo de Montería es la iglesia más linda de la ciudad y es inevitable no quedarse admirado con su belleza y su combinación de arquitecturas que invitan al sosiego, a la tranquilidad y casi casi a la entrega religiosa. Puede entrar, será bien recibido, las sombras, la nave central con sus vitrales y sus paredes encaladas lo ayudarán a sentirse un poco más cerca de lo sagrado y bastante más lejos de la canícula.
Escrito por: Maicol Medrano
Edición: Cristian Raillo
