1- Compra una bicicleta
2- Súbete a la bicicleta
3- Empieza a pedalear
Ciudades del mundo como Ámsterdam y Nueva York son pioneras de este movimiento, haciendo uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo sostenible; en Colombia, en la ciudad de Medellín día a día se realizan importantes avances respecto a este tema, promoviendo y asimismo educando a los ciudadanos a optar por la bicicleta como transporte ecológico, se habla de ciudades verdes, ciudades para la vida con espacios para la gente.
Y es que Montería no se podía quedar atrás, hace poco nuestra ciudad ocupó el primer lugar entre 163, como capital colombiana de sostenibilidad, reconocimiento otorgado por el Fondo Mundial Para la Naturaleza, por promover prácticas urbanísticas equilibradas con el medio ambiente, por su esfuerzo al realizar acciones de calidad en pro de la mitigación de las consecuencias del cambio climático y por su compromiso con la sostenibilidad. Estos premios nos enorgullecen e incentivan a querer actuar y aportar, sin embargo, nos hace falta trabajar y recorrer un largo trecho, pues, mientras no haya un sistema de transporte público eficiente y estructurado, ¿cómo podría hablarse de un verdadero desarrollo integral?
Por eso defiendo la bicicleta, y considero que empezar a pedalear es una decisión inteligente, los ciudadanos podemos aportar nuestro granito de arena usándola, pues este vehículo no afecta el equilibrio medioambiental y al mismo tiempo representa beneficios para la salud, es decir, uno se ejercita mientras vas a trabajar y sin gasto extra de tiempo y dinero ¡qué maravilla! ¿No? Para ello la construcción e implementación masiva de ciclovías dentro del perímetro urbano, debe ser prioridad de los gobiernos en los proyectos de remodelación de infraestructura de las ciudades colombianas.
Para algunos trasladarse en bicicleta significa bajar el estatus, pues les cuento que no, esos viejos paradigmas están cambiando, a medida que las grandes ciudades del mundo avanzan, las más desarrolladas, las más cosmopolitas, sus habitantes van adquiriendo una conciencia cada vez más afilada en materia ecológica, y no hablo de unos cuantos activistas, no, hablo de gente del común, gente como tú y como yo que sueñan con una ciudad bonita y realmente sostenible.
